Crónica: Reviviendo San Andrés Islas - Juan Camilo Pérez Angarita

 

Crónica | Reviviendo San Andrés Islas

Marcaron las 6 de la mañana del día 30 de Julio del presente año; mi hermano y yo despertamos a empezar un viaje donde nos reencontraríamos con los vagos recuerdos de la isla de San Andrés que conocimos hace 11 años en semana santa del año 2010. Junto con nuestros padres y nuestro primo empezamos el recorrido de nuestra casa hasta el aeropuerto internacional El Dorado de la ciudad de Bogotá, lugar donde el vuelo de LATAM Airlines, con destino directo al archipiélago de San Andrés y Providencia, despegaría a las 9:20 de la mañana. Durante el vuelo nos dimos cuenta de que los protocolos habían cambiado en los aviones por efecto de la pandemia del COVID-19, ya que este fue el primer viaje en avión que hicimos desde el año 2019 por restricciones a nivel mundial para evitar la mayor propagación del virus; por ejemplo, el servicio de comidas y bebidas fue suspendido y se recomendaba no hablar durante el vuelo para evitar que las partículas de la saliva que se producen al hablar sean un foco de contaminación. Sin embargo, lo anterior no fue un impedimento para aplacar la emoción por volver a observar por la ventanilla del avión las agua cristalinas del mar de los siete colores, evento que pasó aproximadamente a las 11:20 de la mañana cuando el avión estaba próximo a aterrizar en el aeropuerto internacional Gustavo Rojas Pinilla de San Andrés. Nos bajamos del avión y la isla nos recibió con su olor característico a sal y un sol veraniego, llegamos a recoger las maletas que enviamos por bodega y empezamos a sentir que la piel se nos ponía pegachenta, esto producto de la sal que hay en el ambiente de toda la isla. Salimos del aeropuerto y nos dirigimos en un taxi hacia el hotel Portobelo Beach, lugar donde nos hospedamos durante toda nuestra estadía. Mientras esperábamos el check-in del hotel, nos cambiamos de ropa y fuimos a la playa a desconectarnos y estar en paz por un momento. A las 3:00 de la tarde recibimos la habitación con una vista muy bella al mar y de fondo teníamos a la isla de Johnny Cay. Por la noche fuimos a caminar, a recordar, a cenar y a conocer los cambios que había tenido la isla en 11 años. Al día siguiente desayunamos, nos pusimos el traje de baño y salimos del hotel a alquilar lo que conocíamos como carrito de golf, pero ahora estaban de moda las mulas, que eran unos carritos a gasolina en los que los turistas le daban la vuelta a la isla, en este plan estuvimos en lugares como la cueva de Morgan, west view y el hoyo soplador; en estos lugares pudimos tomar fotografías, nadar con peces, tomar coco loco o piña colada. Después paramos en una piscina natural formada por una barrera coralina, ahí pudimos ver varios peces pequeños con unos colores hermosos, unos 300 km más adelante nos encontramos con un puesto de comida, en ese momento empezaba una experiencia gastronómica que para mí fue inolvidable, conocí a Yoshi, una mujer isleña desempleada por causa de la pandemia, en ese puesto ella ofrecía gastronomía típica isleña, empezamos a pedir de los diferentes productos y ella me iba explicando que era cada cosa, ahí pudimos probar empanadas de cangrejo, cangrejo al horno, empanadas de plátano dulce, torta de piña, albóndigas de cangrejo con pan isleño, y como acompañamiento tenía una salsa picante parecida al ají tradicional colombiano, pero este estaba hecho de solo 2 ingredientes, vinagre blanco y jalapeño isleño, sencillamente delicioso. Ya se estaba acabando la luz del sol e íbamos regresando al hotel, iba manejando la mula y al voltear la mirada me encuentro con algo que jamás pensé que iba a encontrar en San Andrés, un símbolo patrio representante de Colombia por el mundo entero, el Buque Gloria, paramos y pudimos tener la experiencia de subir y conocerlo, experiencia inolvidable. Llegamos al hotel, nos cambiamos de ropa, caminamos, cenamos y fuimos a descansar para el siguiente día. Al despertar el día siguiente desayunamos en el hotel y ya nos estaba esperando una camioneta que nos llevaría al puerto turístico, desde ahí nos fuimos en una lancha a conocer las diferentes islas pequeñas que están en la bahía y un poco historia, disfrutamos de Johnny Cay, el acuario, las mantarrayas, la historia del barco que encalló en la barrera coralina de San Andrés y regresamos al hotel cansados, pero con la experiencia vivida, nos cambiamos y salimos a hacer compras en el centro de la isla, cenamos, y después fuimos a la playa a disfrutar de la última noche en la isla. El lunes 2 de agosto desayunamos en el hotel y nos fuimos al aeropuerto a tomar nuestro vuelo de regreso a Bogotá que despegaba a las 10:50 de la mañana. Llegamos a Bogotá a las 12:50 del día felices de poder haber revivido San Andrés Islas.

Juan Camilo Pérez Angarita

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