cuento modificado- sebastian padilla abril
Maya, la osa perezosa
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba
constantemente Maya, la osa perezosa. Y no era para menos: siempre llegaba
tarde, era la última en terminar sus tareas, casi nunca ganaba premios por su
rapidez y, para colmo era una distraída. ¡Esto tiene que cambiar!, se propuso
un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran por su poco
esfuerzo. Y optó por no hacer nada, ni siquiera tareas tan sencillas como
amontonar las hojitas secas caídas de los árboles en otoño o quitar las
piedrecitas del camino a la laguna.
– “¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis
compañeros lo terminarán más rápido? Mejor me dedico a jugar y a descansar”.
– “No es una gran idea”, dijo una mariquita. “Lo
que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en tiempo récord, lo
importante es hacerlo lo mejor que sepas, pues siempre te quedarás con la
satisfacción de haberlo conseguido. No todos los trabajos necesitan de
obreros rápidos. Hay labores que requieren más tiempo y esfuerzo. Si no lo
intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te quedarás con la
duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras intentado alguna vez. Es mejor
intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir siempre con la espina
clavada. La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para
conseguir lo que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías
sorprenderte de lo que eres capaz”.
– “¡Mariquita, tienes razón! Esas palabras son lo
que necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo,
prometo que lo intentaré.”
Así, Maya, la osa perezosa, empezó a esforzarse en
sus quehaceres. Se sentía feliz consigo misma pues cada día lograba lo que se
proponía, aunque fuera poco, ya que era consciente de que había hecho todo lo
posible por conseguirlo.
– “He encontrado mi felicidad: lo que importa no es
marcarse metas grandes e imposibles, sino acabar todas las pequeñas tareas
que contribuyen a objetivos mayores”.
Comentarios
Publicar un comentario